Palabras de Miguel Reyes Sánchez
presidente de la Academia Dominicana de la Historia
en la Juramentación de la Junta Directiva 2025-2028
20 de agosto de 2025
Buenas tardes:
La Historia es más que fechas y acontecimientos del pasado. Es un faro que ilumina el camino hacia el entendimiento de nosotros mismos, de nuestras sociedades y de nuestro mundo. Es la clave para entender quiénes somos, cómo hemos llegado hasta aquí y hacia dónde podríamos ir. De ahí, la socorrida frase, atribuida al filósofo George Santayana, que reza que: “los pueblos que no conocen su historia están condenados a repetirla”.
Luego de este introito, quiero agradecer la presencia de todos en este día en que presto el juramento de rigor para desempeñar la Presidencia de la Academia Dominicana de la Historia para el trienio 2025-2028.
Deseo expresar mi más profundo reconocimiento a los colegas miembros de número de la Academia que hicieron posible esta altísima distinción y solicitar a cada uno de ellos su indispensable colaboración para poder cumplir a cabalidad con las múltiples exigencias y los demandantes y novedosos objetivos que me he propuesto.
Antes de referirme a la etapa que hoy se inicia con metas claras y definidas de cómo enrumbar el estudio y difusión de la historia dominicana en el contexto actual, quiero hacer un tributo a nuestros antecesores, en cuyo trabajo e ideas se erige y cimenta nuestra institución; a esos brillantes 12 historiadores que, junto a un grupo de los más importantes pensadores dominicanos, han dirigido la Academia Dominicana de la Historia, desde su fundación mediante el decreto núm. 186 del 23 de julio de 1931 hasta nuestros días, dejando sus improntas indelebles en cada una de sus gestiones. Son ellos Federico Henríquez y Carvajal, Manuel de J. Troncoso, Emilio Rodríguez Demorizi, Hugo Eduardo Polanco Brito, Julio Genaro Campillo Pérez, Roberto Cassá, José Chez Checo, Emilio Cordero Michel, Frank Moya Pons, Bernardo Vega, Mu Kien Sang Ben y Juan Daniel Balcácer. Todos ellos, en su momento, han realizado un aporte transcendente para el conocimiento objetivo de nuestra historia.
Hoy asumo este reto histórico, muy bien acompañado de importantes historiadores dominicanos como lo son Eduardo J. Tejera, Miguel Guerrero, Alejandro Paulino Ramos y Edwin Espinal Hernández, con quienes haré este recorrido con la noble intención de que la Historia deje de ser una materia exclusiva para unos cuantos que tienen acceso a las aulas y se convierta en una disciplina que pueda llegar al más humilde de los dominicanos y al más recóndito lugar de nuestra patria.
Asimismo, quiero hacerles llegar mi aprecio y consideraciónal personal de la Academia, constituido por personas que conocen las particularidades del oficio que desempeñan.
Dicho esto, es menester recordar que un historiador es un individuo cuyo conocimiento de la Historia se fundamenta en estudios académicos o en investigaciones de fuentes primarias y secundarias; que un historiador es un individuo cuya esencia es la objetividad con la que estudia los tres elementos indispensables para el conocimiento de la Historia: los hechos del pasado, las fuentes y la verdad. El historiador tiene ciertamente el derecho de imprimir a su trabajo su propia perspectiva, pero tiene el deber de atenerse a la verdad de los hechos. Para el cronista mayor del siglo de Oro español Antonio de Herrera y Tordesillas el oficio de historiador era decir la verdad. “Explicar y decir las cosas como sucedieron sin falsedades o sin la intervención de fábulas”.
Mientras Edward Hallet Carr en su obra ¿Qué es la historia?, de manera contundente ratificaba que: “El historiador es parte del presente, en tanto que sus hechos pertenecen al pasado. El historiador y los hechos de la historia son mutuamente necesarios. Sin sus hechos, el historiador carece de raíces y es huero; y los hechos, sin el historiador, muertos y falsos de sentido. Mi primera contestación a la pregunta de qué es la historia, será pues la siguiente: un proceso continuo de interacción entre el historiador y sus hechos, un diálogo sin fin entre el presente y el futuro”.
Basándonos en estas premisas fundamentales, los historiadores debemos garantizar a todos los dominicanos la oportunidad de conocer su historia. Para que nunca jamás ignoren las respuestas correctas a preguntas como las siguientes: ¿quién es Juan Pablo Duarte?, ¿quiénes son los Padres de la Patria? o ¿cuáles son las gestas libertadoras de nuestra nación?
¿Qué debemos hacer para lograr este objetivo?
En el programa de gestión preparado por esta directiva nos hemos impuesto grandes retos, como el de complementar lo que han sido los métodos tradicionales de divulgación histórica con la apertura a la comunicación digital: continuar e incrementar el programa de publicaciones de obras, impulsar ciclos de conferencias y ensanchar los artículos históricos de la revista Clío; pero paralelamente dar apertura a nuevos estadios de comunicación digital.
El mundo digital incide en la manera de pensar el pasado y en las formas de comunicar el conocimiento en el presente. Los historiadores hemos experimentado cambios en la forma de investigar y difundir nuestros trabajos.
Hoy la necesidad de hacer llegar a la población el conocimiento histórico es prioritaria. Las redes son una forma eficaz para irrumpir en la vida de todos de una manera ágil y propositiva. Esta es, sin dudas, la manera más expedita de introducir la forma de estudiar y expresar el pasado en un espacio abierto para la creación y divulgación del conocimiento histórico entre un público cada vez más habituado al uso de estos avances tecnológicos. Las naciones desarrolladas, caracterizadas por los niveles más altos en educación, han implementado estos métodos.
Sin embargo, hay que tener mucho cuidado, porque en esas mismas redes sociales se cuelan algunos personajes que, arrogándose el título de historiadores, inventan historias que solo están en sus mentes y que carecen absolutamente de fundamento documental.
Ante este panorama, es necesario que una institución como la nuestra difunda contenidos en nuestros portales, que puedan servir de validación para los internautas amantes de la historia.
El uso de estas nuevas tecnologías también ha traído consigo otro elemento importante como lo es el de la digitalización de libros y documentos, que permite acceder a una infinidad de fuentes históricas. Ya muchos historiadores han decidido escribir en formato digital para alcanzar una difusión más amplia de su trabajo y fortalecer la práctica docente en los distintos niveles de enseñanza.
Asimismo, otros objetivos son la creación de un canal digital para la difusión de podcasts, conferencias interactivas, cápsulas históricas, álbumes como los que existían en nuestros años mozos (pero digitales) y hasta juegos interactivos que atraigan la atención de todos.
Además, la producción de videos de episodios históricos, la difusión de encartes en los periódicos nacionales en ocasión de las efemérides patrias y un ciclo de conferencias en todas las provincias del país, en especial en la zona fronteriza.
De igual forma, se realizarán importantes acuerdos con las diversas instituciones culturales nacionales y los cuerpos castrenses para lograr la representación de obras teatrales históricas en todo el territorio nacional, la celebración de grandes conciertos para celebrar las epopeyas y la inclusión del arte como una herramienta eficaz para la enseñanza de la Historia.
La Academia Dominicana de la Historia debe tener una mayor visibilidad en la sociedad dominicana y ser ese ente que con la mayor solvencia científica pueda emitir juicios documentados para la preservación y divulgación del conocimiento de la historia en el país.
En el mismo sentido, ensancharemos las relaciones internacionales de la Academia para tener una presencia activa de nuestros miembros en los diversos cónclaves y conferencias internacionales y la actualización de las corresponsalías con las demás Academias de Historia hispanoamericanas y Europa. Vamos a ubicar con mucho orgullo el nombre de nuestra Academia en el Mundo.
Aprovecho la oportunidad para hacer un gran anuncio, una novedad para todos los dominicanos: inmediatamente se tenga actualizada la página web de la Academia, por concesión de la Real Academia de la Historia de España, podremos agregar gratuitamente el “Portal Digital de Historia Hispánica”. Dicho portal cuenta con unas 150.000 referencias geográficas, con más de 50.000 biografías y con unos 20,000 acontecimientos históricos —y prehistóricos— que van desde el año 1.350.000 a.C. hasta la actualidad, entre los que encontramos muchos acaecidos en nuestra isla.
Estamos abocados a una revolución, nunca vista, para el conocimiento de la Historia en nuestro país.
Nuestro programa de gestión es ambicioso: podría pasar toda la noche enumerando los proyectos que este contempla. Tengo la certeza de que con este equipo que me acompaña lograremos nuestro cometido por el bien de la patria.
Cada uno de ustedes, cada uno de los aquí presentes son nuestros aliados. Esta no es una tarea que se hace solo con el apoyo gubernamental, sino también con el respaldo de nuestros queridos amigos empresarios y con el de todo el que ame la nación dominicana.
Asumo este reto como todos los proyectos que emprendo: con todo mi corazón, con mucho trabajo y con girones de mi vida.
¡Que viva la República Dominicana!
Juramentación de la nueva Junta Directiva 2025-2028 de la Academia Dominicana de la Historia.
La nueva directiva de la Academia Dominicana de la Historia para el periodo 2025-2028, presidida por el historiador Miguel Reyes Sánchez, fue juramentada en una sesión solemne celebrada el pasado jueves 20 de agosto de 2025 en el Ministerio de Relaciones Exteriores.
Completan la nómina de la directiva los historiadores Eduardo J. Tejera, vicepresidente; Miguel Guerrero, secretario; Alejandro Paulino Ramos, tesorero; y Edwin Espinal Hernández, vocal.
La mesa de honor del acto estuvo integrada por Héctor Valdez Albizu, gobernador del Banco Central, Miguel Reyes Sánchez, presidente de la Academia Dominicana de la Historia; José Rafael Espaillat, rector del Instituto de Educación Superior en Formación Diplomática y Consular (INESDYC) y Juan Daniel Balcácer, presidente saliente de la Academia.
Mesa principal compuesta por Juan Daniel Balcácer, presidente saliente de la Academia Dominicana de la Historia; Héctor Valdez Albizu, gobernador del Banco Central; Miguel Reyes Sánchez, presidente de la Academia Dominicana de la Historia y José Rafael Espaillat, embajador rector del INESTYC.
El ex presidente Balcácer pronuncia un mensaje con motivo del 162 aniversario de la Restauración y Reyes Sánchez pronuncio las palabras centrales del acto proponiendo un amplio programa de gestión que aseguro constituirán una revolución en la enseñanza y difusión de la historia en la República Dominicana.
Para concluir el acto, el tenor Pedro Pablo Reyes interpretó las canciones dominicanas “Una primavera para el mundo”, “los días difíciles de la escuela” y “Quisqueya”.
Sobre el nuevo presidente de la Academia
Miguel Reyes Sánchez, presidente de la Academia Dominicana de la Historia, pronunciando su discurso.
El nuevo presidente de la Academia Dominicana de la Historia, Miguel Reyes Sánchez es reconocido como uno de los más destacados historiadores de su generación. El también diplomático y jurista tiene más de 40 títulos publicados y ha sido galardonado con el «Premio Seykio a la Cultura» de Japón (1997); «Joven Sobresaliente del Mundo» por la Junior Chamber International (JCI) en Manila, Filipinas (1998); la Cámara de Diputados de la República Dominicana lo declaró: «Artista Ejemplar de la Literatura Dominicana» (2000) y el gobierno dominicano le otorgó la «Condecoración de la Orden al Mérito de Duarte, Sánchez y Mella, en el Grado de Gran Cruz Placa de Plata» (2003), entre muchas otras distinciones.
Asimismo, ha obtenido tres ocasiones el Premio Nacional de Historia José Gabriel García (2010, 2015 y 2024) y el Premio Nacional Feria del Libro Eduardo León Jimenes (2012), con su obra “Océanos de Tinta y Papel. Historia de la Navegación y el desarrollo marítimo dominicano”.
El pasado año 2024, su obra “Quo vadis? Tras las huellas de la historia” recibió el Premio Escriduende 2024, al mejor ensayo histórico de la Feria del Libro de Madrid.
En días recientes ha sido galardonado en dos ocasiones: primero en España, en junio pasado, con el Premio Internacional de Investigación Histórica “Francisco de Vitoria” 2025, por su obra: “El Cuerpo Consular y su presencia en República Dominicana”; y segundo en el país, en este mes de julio, con el Premio Anual de Historia “José Gabriel García” 2024, por su obra: “Historia de la Frontera Dominico-Haitiana”.
Funcionario del Banco Central durante tres décadas y diplomático en servicio desde 1987, siendo actualmente Embajador Técnico.
Profesor de varias universidades nacionales y extranjeras. Miembro de número de la Academia Dominicana de la Historia y académico correspondiente de la Real Academia de la Historia de España, así como de diversas academias latinoamericanas.
Además, es miembro de número de la Academia de Ciencias de la República Dominicana, miembro del Consejo de la Orden al Mérito de Duarte, Sánchez y Mella, del Instituto Duartiano y de la Sociedad Dominicana de Bibliófilos.
El historiador dominicano Frank Moya Pons resumió y elogió el libro “Historia Social de la Dominación Haitiana (1822-1844), del profesor e investigador universitario Olivier Batista Lemaire, durante la puesta en circulación celebrada recientemente en el salón de actos del Archivo General de la Nación.
Al comentar la obra, Moya Pons afirmó que “no veo en el horizonte historiográfico de Santo Domingo, ni de Haití u otros países, ninguna posibilidad de que pueda ser igualada ni, mucho menos, superada en muchas décadas”.
Agregó que lamenta que hayamos tenido que esperar unos 52 años y seis ediciones de su libro “La Dominación Haitiana” para “regocijarnos con la lectura de esta nueva obra, merecedora de los mayores aplausos y de todos los premios que se ofrecerán este año para reconocer los mejores libros de historia dominicana y de historia de Las Antillas”.
Frank Moya Pons hizo elogiosos comentarios sobre la obra frente al numeroso público que asistió al evento. El libro de Olivier Batista es una edición conjunta de la Academia Dominicana de la Historia y el Archivo General de la Nación.
Moya Pons resumió los primeros dos capítulos de la obra que califica “más que necesaria, única, para entender en detalles el sistema de dominación política y militar impuesto por el presidente de Haití, Jean Pierre Boyer, sobre la población de la parte oriental de la isla de Santo Domingo entre 1822 y 1844”.
Refirió que entonces el modelo autoritario de gestión económica iniciado por Toussaint Louverture, quien impuso un régimen de trabajo forzado sobre la población emancipada que quedó dependiendo de los triunfantes jefes militares de la revolución, quienes confiscaron y se apropiaron de las tierras y demás propiedades de los franceses, expulsados o masacrados tanto por Toussaint como por los sucesores de Jean Jacques Dessalines y Enrique Cristóbal.
Ese régimen, expuso Moya Pons, no desapareció con las muertes de Toussaint y Dessalines, sino que ocurrió “todo lo contrario, pues fue reforzado mediante la tramitación del anterior sistema esclavista en una forma de ‘parafeudalismo’ en el cual las masas negras eran nominalmente libres, aunque debían servir como productores, obreros o cultivadores a los jefes revolucionarios, quienes tenían la facultad de imponerles castigos corporales, como en los viejos tiempos”.
De acuerdo con Moya Pons, en su obra, Olivier Batista, se refiere al desprecio de Toussaint por los derechos de las masas trabajadoras y su empeño de resucitar el sistema de plantaciones, basado en la explotación de mano de obra servil.
Por su parte, Olivier Batista afirmó que, a fin de que resplandezca la verdad, en su obra se propuso aclarar muchos y viejos conceptos que han contribuido a una imagen distorsionada de lo que en verdad fue la dominación haitiana.
Agradeció el apoyo de la Academia Dominicana de la Historia, del Archivo General de la Nación, en la persona de su director el también historiador Roberto Cassá, así como del presentador de la obra, Frank Moya Pons.
Durante las palabras de presentación del acto, Juan Daniel Balcácer, presidente de la Academia Dominicana de la Historia, destacó que la “Historia Social de la Dominación Haitiana” constituye un novedoso aporte para el conocimiento del período objeto de estudio y que se trata de una formidable investigación histórica que debe ser leída por intelectuales, profesores, historiadores, estudiantes y amantes de la cultura en general.
Santo Domingo
17 de junio de 2025
La Academia Dominicana de la Historia y el Archivo General de la Nación se complacen en invitar a la presentación de la obra Historia social de la dominación haitiana (1822-1844), de Olivier Batista Lemaire.
Presentación a cargo de Frank Moya Pons.
Fecha: jueves 5 de junio de 2025.
Hora: 7:30 de la noche.
Lugar: Salón de conferencias del Archivo General de la Nación,
C/General Modesto Díaz No.2, Zona Universitaria, República Dominicana
Autor: Miguel Reyes Sánchez.
La Academia Dominicana de la Historia tiene el placer de invitarle a la puesta de circulación de la obra: Quo vadis ? Tras las huella de la historia. Autor: Miguel Reyes Sánchez.
Jueves 14 de marzo de 2024, a las 7:00 p. m. en la Sala Aida Cartagena de Portalatín de la Biblioteca Nacional Pedro Henríquez Ureña.
26 de enero de 2024
La Academia Dominicana de la Historia se une a la efeméride que celebra el pueblo dominicano con motivo del 211 aniversario del natalicio de Juan Pablo Duarte, quien fuera el principal líder de la generación de jóvenes liberales que en 1844 proclamó la independencia nacional, así como la creación de un Estado democrático con el nombre de República Dominicana.
Duarte fue un fiel intérprete de las corrientes liberales y democráticas puestas en boga por las revoluciones norteamericana y francesa de finales del siglo XVIII. En la praxis revolucionaria, lo mismo que a través de diversos documentos, Duarte demostró su dedicación exclusiva a la defensa de las libertades públicas, la soberanía nacional y la identidad dominicana.
Conocidas son sus ideas respecto de la soberanía e independencia nacionales expuestas en su Proyecto de Ley Fundamental, así como en diversas comunicaciones suyas que han aparecido en publicaciones oficiales del Archivo General de la Nación, el Instituto Duartiano, la Academia Dominicana de la Historia y en obras de diversos historiadores.
Existe una carta de Duarte, sin embargo, que ha sido poco difundida entre las jóvenes generaciones, tal vez porque fue firmada colectivamente por los miembros de la Junta Central Gubernativa que durante el mes de junio de 1844 presidió Francisco del Rosario Sánchez.
La carta formaba parte de una vasta documentación depositada en los archivos de la cancillería británica y fue rescatada hacia 1950, por instrucciones del gobierno dominicano, por el entonces embajador dominicano en Inglaterra, Julio Vega Batlle, padre de dos destacados miembros de número de nuestra corporación, los historiadores Bernardo y Wenceslao Vega Boyrie.
Aun cuando la comunicación fue firmada por los miembros de la Junta Central Gubernativa, el 18 de junio de 1844, fue escrita de puño y letra por Juan Pablo Duarte, quien también la firmó. Fue dirigida al ciudadano anglo-dominicano Teodoro Stanley Heneken, quien había elevado una protesta a raíz de rumores infundados que circulaban sobre una posible negociación dominicana para arrendar la bahía de Samaná.
Originalmente publicada por el historiador Emilio Rodríguez Demorizi en el tercer volumen de Documentos para la historia de la República Dominicana (1959); la carta de Duarte fue posteriormente reproducida por el historiador Julio Genaro Campillo Pérez en su opúsculo titulado Documentos del primer gobierno dominicano. Junta Central Gubernativa, febrero-noviembre 1844 (1994). A continuación, el texto íntegro de la referida carta:
“De la Junta Central Gubernativa a Teodoro S. Heneken
“Santo Domingo, junio 18 de 1844
“Al Sor Teodoro Heneken
“Muy Señor nuestro: Acusamos a usted recibo de su nota fecha 8 del corriente cuyo contenido nos manifiesta la protesta que en nombre del Gobierno británico hace usted contra la ocupación de la Península y Bahía de Samaná por cualquiera fuerza extranjera.
“Nosotros creemos inadmisible una protesta de semejante naturaleza, pues dicha Península y Bahía de Samaná corresponden a nuestro territorio, y el pueblo dominicano como libre y soberano tiene la entera disposición de lo que es suyo. Sin embargo, después de la reforma operada en el Cuerpo de esta Junta, creemos poder asegurarle que en nada tendrá que inquietarse el Gobierno de S. M. Británica sobre una ocupación extranjera de dicha Península de Samaná, pues hallándose el pueblo entero opuesto a toda intervención extranjera en nuestra política nos parece que deben disiparse por consecuencia los motivos de la protesta.
“Nos es muy sensible el no tener el honor de dirigirnos en la actualidad a un agente reconocido y esperamos que Usted se servirá manifestar al Gobierno de S. M. Británica el deseo sincero que tenemos en entrar en relaciones recíprocas de comercio y amistad que podrán en lo venidero cederse y proporcionar unas fuentes de utilidad para ambos pueblos.”
Firmada por Francisco del Rosario Sánchez, Presidente, Juan Pablo Duarte, Pedro Alejandrino Pina, Félix Mercenario, J.M. Ramírez y J. Tomás Medrano, miembros.”
¡Honor eterno a Juan Pablo Duarte, ilustre Padre de la Patria!
Santo Domingo, 26 de enero de 2024
El presidente de la Academia Dominicana de la Historia, Juan Daniel
Balcácer, envió un mensaje de felicitación a todos los historiadores
dominicanos con motivo de conmemorarse este 13 de enero el “Día
Nacional del Historiador”, instituido mediante el decreto 562-20 en honor a
la memoria de José Gabriel García, considerado como el padre de la
historiografía dominicana.
En una nota informativa, Balcácer exhortó a sus colegas, en especial
a los miembros de la entidad cuya directiva preside, a continuar
cumpliendo con la misión esencial de la institución que consiste en
promover y estimular el conocimiento y estudio del pasado en general, pero
principalmente el de la nación dominicana, de acuerdo con los estatutos del
gremio.
José Gabriel García (1834-1910) fue el pionero de los estudios
históricos nacionales. Sus obras, particularmente su monumental
Compendio de la historia de Santo Domingo, en cuatro tomos,
constituyeron la principal fuente en la que abrevó la primera generación de
dominicanos después de la Restauración de la República en el siglo XIX.
José Gabriel García fue además el más venerable de los dominicanos
vivientes de su época y “una de las glorias más puras y ciertas de la
República”, según Américo Lugo. En opinión del humanista Pedro
Henríquez Ureña, García fue un “patriota intransigente e historiador
fecundo y pacientísimo”, y el primero que, en su época, trató de abarcar en
una obra de historia nacional todo el pasado y el presente cercano del país.
En reconocimiento a sus invaluables aportes, tanto en el cultivo de la
historia dominicana como en la defensa de los principios liberales y
nacionalistas duartianos, José Gabriel García es considerado como uno de
los más destacados próceres de la civilidad y de las letras nacionales. La
nota de la Academia Dominicana de la Historia concluye señalando que los
restos mortales del historiador José Gabriel García reposan en el Panteón
de la Patria.
Santo Domingo, 12 de enero de 2024
La Constitución de la República consagra dos días de fiesta nacional: el 27 de febrero, que es la más alta cumbre del patriotismo nacionalista porque simboliza el nacimiento de la República Dominicana libre, soberana e independiente; y el 16 de agosto, que representa la epopeya bélica de mayor trascendencia en los anales militares del pueblo dominicano y que culminó con la restauración de la independencia nacional.
El 14 de septiembre de 1863, tras constituirse el Gobierno provisorio en la ciudad de Santiago, los restauradores suscribieron un documento que llamaron Acta de Independencia en el cual expusieron, ante el mundo y el trono de España, las causas justas y legales que habían inspirado el movimiento armado para restaurar la República de febrero y reconquistar la libertad y la independencia.
El documento explicó que la anexión a España no fue fruto de la espontaneidad colectiva, sino el deseo de un reducido grupo de dominicanos que nunca tuvieron fe en la capacidad del pueblo para mantenerse independiente por sus propios recursos. Los restauradores admitieron que una cosa había sido la magnánima voluntad de Su Majestad, la Reina Isabel II, quien fue engañada respecto del supuesto deseo colectivo de reincorporación a la antigua metrópolis; y otra muy distinta la de sus funcionarios civiles y militares designados al frente del gobierno de la anexión, quienes incurrieron en todo tipo de vejámenes contra la población.
El trascendental documento político también resaltó lo siguiente: “Escarnio, desprecio, marcada arrogancia, persecuciones y patíbulos inmerecidos y escandalosos son los únicos resultados que hemos obtenido, cual corderos subalternos del trono español a cuyas manos se confiara nuestra suerte. El incendio, la devastación de nuestras poblaciones, las esposas sin sus esposos, los hijos sin sus padres, la pérdida de todos nuestros intereses y la miseria, en fin… Todo lo hemos perdido -concluyó la histórica proclama política-, pero nos queda nuestra independencia y libertad, por las cuales estamos dispuestos a derramar nuestra última gota de sangre…”.
Al cabo de dos años de incesante guerra contra el ejército español, la República Dominicana fue restaurada y conservada independiente desde entonces, salvo el tristemente célebre interregno de 1916-1924, cuando la soberanía nacional fue de nuevo eclipsada a causa de la primera ocupación militar norteamericana.
Al conmemorarse el 160 aniversario del glorioso Grito de Capotillo, que reconquistó la independencia y restauró la República, exhortamos a todos “los buenos y verdaderos dominicanos” de que habló el Padre de la Patria, para rendir tributo a los prohombres y mujeres de esa gloriosa gesta nacionalista.
Hoy, cuando fuerzas foráneas -con apoyo de facciones parricidas, como las llamó Duarte-, pretenden imponerle al país una agenda que atenta contra las más puras esencias de la dominicanidad, conviene rememorar el noble ejemplo de los restauradores que siempre estuvieron dispuestos a todo tipo de sacrificio con el fin de defender la independencia nacional proclamada el 27 de febrero de 1844.
¡Loor eterno a los héroes de la Restauración! ¡Viva la República Dominicana!
Santo Domingo 15 de agosto de 2023
Madrid, España– Cinco académicos dominicanos fueron investidos el pasado viernes por la Real Academia de la Historia de España, en un acto presidido por la directora de la entidad, Carmen Iglesias Cano.
Los Historiadores que recibieron sus certificados como miembros Correspondientes, fueron Juan Daniel Balcácer, presidente de la Academia Dominicana de la Historia, Miguel Reyes Sánchez, secretario, Frank Moya Pons, José Chez checo y Manuel García Arévalo, miembros de Número.
La Dra. Iglesias Cano, expresó que, constituye un verdadero ejemplo de la trascendencia de los estudios académicos a través del tiempo desde una nación que ella estima mucho como lo es la República Dominicana.
“Para la RAH es un privilegio contar con estos prestigiosos académicos, y nos comprometemos a continuar una estrecha relación con la Academia Dominicana de la Historia, siendo ésta una de las más prestigiosas entidades latinoamericanas”, expresó la académica.
Cabe destacar que a principios de año 2022, el historiador Miguel Reyes Sánchez, fue investido como Académico Correspondiente de la Real Academia de la Historia y en esta ocasión recibió un certificado de honor ratificando su primigenia condición.
En la ceremonia celebrada dentro de una sesión ordinaria de la RAH, en su sede en Madrid, España, estuvieron presentes los académicos de número de la entidad, la Condesa de Gisbert, directora de la RAH y el Dr. Feliciano Barrios, secretario perpetuo.
Con motivo del del Día Nacional de la Ética Ciudadana, que se celebra cada año, el 29 de abril, la Academia Dominicana de la Historia realizó una conferencia dictada por el historiador Miguel Reyes Sánchez, titulada «El Legado de Ulises Francisco Espaillat», en honor de quien se instituyó esta conmemoración, pues en una fecha como esta, del año 1876, tomó posesión como presidente de la República.
El presidente de la Academia, Juan Daniel Balcácer, al darle la bienvenida a los estudiantes expresó que “Ulises Francisco Espaillat fue después de Juan Pablo Duarte, una de las figuras más limpias y puras, que ha tenido la historia dominicana en todo su discurrir”
En su comparecencia, el historiador Reyes Sánchez aseveró que: “Ulises Francisco Espaillat fue uno de los más ilustres dominicanos, a quien en este año se le conmemoró los 200 años de su nacimiento y se le recuerda como uno de los políticos más dignos y honorables de nuestra historia”.
Asimismo, valoró los aportes de la presidencia de Espaillat, entre los que se encuentran: “En apenas cinco meses y cinco días, además de ser un precedente de gobierno transparente, propició la organización estatal; y propuso como condición indispensable para propagar la instrucción pública, la creación de las escuelas normales”.
El escritor y conferencista hizo un silogismo entre el gobierno de Espaillat de 1876 y el del profesor Juan Bosch de 1963, cuya lección de civismo y honestidad se preserva como una de las gestiones más pulcras de nuestra historia republicana.
El también jurista y diplomático Reyes Sánchez destacó «la importancia de que se conozca el legado de Ulises Francisco Espaillat, quien fue uno de los dominicanos cuya honestidad en el ejercicio gubernamental debe servir de ejemplo a todos los políticos dominicanos”.
Esta conferencia fue celebrada en el salón Fray Cipriano de Utrera con la asistencia de un nutrido grupo de estudiantes del Instituto de Señoritas Salome Ureña de Henríquez y del Centro Educativo en Artes República de Argentina, quienes iniciaron un conversatorio con muchas preguntas al conferencista.
Santo Domingo 28 de abril de 2013